Despídete por mi de mi vida
Despídete de mi posibilidad de ser feliz
De la forma en que dice mi nombre
En la que me manda llamar en silencio.
Sus útiles eran mi barniz.
De todas mis grietas nacían
tomillo, romero, salvia, perejil.
Cuando su voz inundaba
Mis pulmones
crecían con algodón y palomas.
Mis venas llevaban agua limpia.
Mis ojos veían más allá de mi perfil.
Me he creído tan cerca de las puertas doradas
Que he visto mi reflejo en ellas
Y disfrutando de tu perfume.
He jurado que ya no estaba cerca
Que por fin estaba aquí.
Pero las puertas eran de tierra,
Pantanos, musgo océano y brea
Pescadores tirando sus redes
Mi piel siendo cubierta
Vestida de esperanza la entierran
Hoy, aún, tan lejos de ti.