Parecen lunas de metal.
Son gigantes,
parecen espadas.
No me mires como si fuese comida,
como si mi carne fuese algo
que pudieses morder,
devorar.
Psicópatas; me cortan la respiración.
No debería ser capaz de verlos,
aquí, así,
a contraluz.
Pero el filo cortante, punzante, redondo
tus pupilas a punto de perforar.
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