31 ago 2013

De lo que hablo cuando digo que quiero dormir contigo.

Cuando a veces pienso (y quiza alguna vez digo), que quiero dormir contigo, no me refiero a sexo. Tampoco, ni si quiera,a hacer el amor. (Aunque, ya sabes corazón, que estoy abierta a negociaciones respecto antes y después.)
Cuando hablo de dormir contigo no hablo de hacer la cucharita toda la noche, ni de apoyar mi cabeza en tu pecho o de que tu la apoyes en los mios. No estoy hablando de tus mimos, ni de que me mezas, ni de que hundas tus dedos en mi pelo hasta caer rendidos.
No quiero dar a entender  nada relacionado con nuestros sueños, quizás, entrelazados. Ni con nuestras duermevelas o con nuestras ausencias distantes.
Cuando pienso (y a quizá alguna vez digo), que quiero dormir contigo, a lo que me refiero es a compartir una cama, sabiendo que en cualquier momento podré extender el brazo y tocarte, buscar tu mano y apretarla ; sabiéndote ahí conmigo.
Que quizá luego nos abracemos, nos besemos, o hagamos el amor. Pero para mi lo importante es que estés ahí cuando despierte.
Y, 
si yo despertase antes, 
poder, 
simplemente, 
verte dormir, 
en paz, 
a mi lado.

1 comentario