15 sept 2014

Lo siento mucho, pero va a ser que no.

Hoy ha sido un día duro.
De esos en lo que te empeñas en que las cosas salgan bien, y las cosas se empeñan en no salir.

Despertarse pronto esta bien. Dormir cinco horas no.
La garganta diciendo que hoy no quiere funcionar, menos.
Y si ya es difícil enfrentar la emoción de empezar una nueva etapa,
empezar en una nueva facultad, una nueva carrera,
con miedo de volver a fallar miserablemente,
pues si así ya cuesta respirar,
con la nariz taponada y la cabeza embotada, te puedes hacer un idea.

Pero vamos a intentarlo, va, que tampoco cuesta tanto.
Que los días son mejores si una quiere que lo sean.
Va. Va, venga.
Medicate, prepárate un sandwich rico,
ponte un nuevo episodio de ese podcast que tanto te gusta
Ignora a tu hermano de mal humor
Va, va venga.

Y llega con prisas, tomate un cafe con prisas
soluciona es sandalia que te cuelga del pie,
sí, esa que se te acaba de romper en la puerta de la facultad.
Venga, ya tienes la anécdota del día.
Ponte a esperar a tu compañera. Que no llega. Ni la profesora. Tampoco.
Cinco, diez, y ya van quince minutos.
Alguien con razón pregunta porfin, y ¡Que bien! estamos en el edificio equivocado.

Entrar en la clase, ¿No querías anécdotas?
Mira la profesora. Y tu compañera. Che tú.
Hasta una vieja compañera.
Venga va.
Sales antes de clase, almuerzo y, porque no,
vamos a darnos el lujo,
una coca-cola.
Aunque pasarse un minuto intentando meter una moneda entre metal y metal
ignorando la ranura un milímetro más abajo
no es una buena forma de empezar
como te recuerda tu compañera desde detrás.

Otra clase, va corre, que llegas tarde.
Cuidado con las escaleras joder.
Espera, ¿Donde está la hoja de la clase anterior?
Joder.
Si es que eres una crack.
Bueno acabaremos siendo libres.
Aunque la presión, de ver a tantos chicos y chicas como tu
se les ve en la cara
acostumbrados a las buenas notas sin esfuerzo, a demostrar un profundo interés
te aterra.
Las promesas de buenas notas cada vez parecen más inalcanzables.

Eh, relájate. Vamos con unos amigos, charla insulsa un rato.
El móvil muere, ¿Aquel recado que tenías que hacer?
Vaaaaaaya…
Bueno, que remedio. Para casa.
Y mientras tanto, tus dos amigos se comen la boca en mitad del tren
Y sonríes por no llorar
Porque el chico al que tu quieres así,
está a cientos de kilómetros de distancia
y ni siquiera sabe que le quieres así porque no has tenido el valor de decírselo
de decirle que te hace inmensamente feliz, que te enseña a no estar triste
a luchar en días como estos
Porque no es tan difícil.

Una comida de lunes, que pocas ganas. Pero como todos.
Lo sabes y por eso te aguantas, aunque poniendo cara de mustia.
"¿Que tal el día?"
"Bueno, al menos me gustan las clases"
Intentas no desesperar cuando te arde la frente
cuando tu madre sigue hablando sin parar sin intención de irse
cuando andan lento por la calle y tu te encuentras mal como desde hace mucho tiempo
como cuando de chiquilla, simplemente querías llorar del cansancio.

Y llegas a casa, va, una siesta.
Dos horas después te despiertas aun peor
sudores, la garganta seca.
Pero algo hemos avanzado estos años, o eso creemos ¿No?
Va, pantalones fuera, algo mas fresquito, una falda
Farmacia, ibuprofeno, frenadol, strepsils.
Ignora a tu hermano otra vez de mal humor.
Medícate.
Vamos a hacer algo productivo, eso ayuda. Trabaja en algo que te gusta.
Traduces la escena y por el momento las pastillas y la distracción hacen efecto.

Ding dong. ¿Hola que tal?
Una risa es una risa, aunque quieras sacarte los pulmones por la garganta.
Y además cenamos crepes, no está tan mal la cosa.

En la cena como siempre un tema de discurso
Quizás es por el cansancio o porque te retumba todo
pera esta conversación si que te parece pan y circo
una pescadilla que se muerde la cola, dos que no se quieren escuchar
Un discusión que se inicia sin esperar cambiar de opinión
Puntos muy cerrados de vista desde los dos lados,
no respetar el turno de palabra.
Suena una voz en medio de un silencio. Pero que más dará.
Vuelven otra vez a la carga,
odio escuchar a mi hermano a la defensiva
me recuerda tanto a las discusiones esas en las que reinaba el miedo, esas que tuvimos con mi padre mientras él gritando golpeaba la cama, después de haberme dejado olvidada con palabras sucia en medio de ninguna parte noches atrás.

Que discusión tan tonta, parece que uno no recuerde los dos años de filosofía que dio en el colegio y que la otra se quede solo con una cara de la moneda.
Intentas hacer un comentario
Ella sigue hablando acostumbrada a comerse la voz de él.
Y la tuya ni se escucha
Él a tu lado te dedica una mirada de microsegundos, asegurando tu presencia
luego la devuelve a su interlocutora principal
Caes en su juego y levantas un poco el tono,
solo sirve para otra mirada microscópica.

¿Siempre te sientes tan ignorada?
Puede, ya no recuerdas, estás tan cansada. Tan… Tan… Cansada.
Se te está haciendo un mundo del asunto, mejor no hablar.
"Perdona que aquí la que estás enfadada eres tú"
Y no puedes más, es que no. Es que no.
¿Cómo no se dan cuenta? ¿Como no pueden ver que ignoran al resto de la mesa?
Un lado es demasiado experto en la vida como para querer meterse
El otro no sabe nada, la inexperiencia.
Que abuso, es eso, sentirse atacada.
No me dejas hablar, no me dejas opinar, ¿pero yo tengo que sonreír y mantenerme callada?
Yo no quiero, no puedo.

Y tampoco quiero sentirme culpable por hacer llorar a mi madre
o por hacer sentirse culpable a mi hermano,
pero es que no puedo, no puedo más,
no puedo.

Y me meto en el baño a llorar lo que haya que llorar,
esa maldita lágrima fácil.
Joder.
Bueno, ya lloras como un adulto,
a escondidas. Que mierda de sociedad, donde la culpa nos jode aun más
y donde tener sentimientos es de débiles y cobardes.
Que cansada estoy.

No ha sido un día malo, te repites otra vez al espejo,
hemos intentado que saliese bien y no ha podido ser
pero tampoco ha podido ser.
Pero ha sido un día duro, te reconoces.
Uno de los primeros días duros, de verdad, que puedas recordar.
De intentarlo de verdad, de verdad intentar mirarlo bien
y ver como la vida te dice, lo siento mucho, pero va a ser que no.









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