16 ene 2015

Algo.

Algo se rompió.
Algo dentro de ella, alguien se encargo de hacerlo.
Pequeñas partes importantes, muchas resquebrajadas.
Pero fue todo lo que hizo falta,
después vino ella con el mazo, para alimentar el fuego con los restos.
 Y el fuego ardió y quemó la piel
destruyó las entrañas y enrojeció los ojos.

Solo quedaron cenizas.
Y con las cenizas se reconstruyó.
Poco a poco, aun ardientes las brasas,
aun con el dolor quemándonos los dedos,
aun con el calor acosándonos los ojos.

Y ella, la del mazo, por fin creó algo.
Pero algo
dentro de ella
seguía roto.



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