10 mar 2013

Aventuras desventuradas en clave amable.

Terreno personal, tan fastidioso pararse a mirarlo. Casi da pena, un error tras otro en el ambito amoroso. Parece mentira. Nena, podrían darte un premio y todo.
No es por autocompadecerse, eso esta demasiado manido en ciertas ramas de mi familia, ya sé que no sirve de nada. Todo esto es por dejar las cosas claras, por si algún día me da de verdad por autocompadecerme.

Siempre me digo: "Ay vaya, ese no está mal, uy, pero a ese no lo tendrás nunca, no."
¿Qué pasa a continuación?
PimPamPum
She falls in love.
¿Una tendencia masoquista? Quizás.
Y luego es así como los restos de las flechas de cupido, cuando te da una te deja sangrante, malherido incluso. Tú no puedes olvidarlo.
(Odio a la gente que llama a este proceso olvidarlo. ¡Vamos a ver! ¡A alguien a quien se le rompe un brazo no le pides que lo deje estar y que se olvide! ¿Tú eres tonto o qué? #ComparaciónExagerada Oh, sí.)
Tienes que curarte, y a saber como.
No, amigas mías, lo de un clavo saca otro clavo no es una regla universal.
No, mamá, si trabajo más no me olvido, solo tengo más agujetas.
No, amigos mios, emborracharse tampoco suele funcionar.

Y después de curarte te dices a ti misma, super convencida, delante del espejo: "Esto ya no te vuelve a pasar"
¡JA!
Oye, perdona, ¿Tus padres son hermanos o qué? Eso no hay quien se lo crea.
Y, probablemente, sea verdad que no te lo crees. (Vamos a darnos el beneficio de la duda y asumir que no somos tan tontas, va.) Porque después de todo, a pesar de todo el "dolor", toda esa "melancolia" o esa "mierda" (utiliza aquí palabra que quieras), yo la verdad es que no elegiría no haberlo pasado. Porque, ¿Qué hay de esa felicidad, casi euforia, ese sentimiento de mirarle y perderte en alguna parte de su ser? No quisiera cambiar por nada esos momentos que fueron importantes para mi, no quisiera borrar algo que se llevaría consigo tantos recuerdos y tantas lecciones.
Esas noches discutiendo con el círculo de amistades (O a una mala, con tu gato y un vaso de hisky al anochecer) que hacer contigo y con el señor/engendro/ente en cuestión.
Esas cosas que te empezaron a gustar solo porque a él le gustaban.
Y cuando a prendiste que tenías que defender tus opiniones por encima de las suyas, porque sino no eras tu misma.
Cuando aprendiste que el mundo no se acaba cuando Él se acaba.
...

Llamadme loca, estúpida, masoquista o Nietzsiana. Yo me llamo a mi misma "Libre" Y por eso me siento libre de entregar mi amor a quiensea que quiera, aunque éste no se dé cuenta nunca. Porque ahora soy consciente que hay más de un tipo de amor, y hay algunos que, aunque en sentido estricto no lleguen a vivirse, te enseñan más que algunas relaciones.

Pero, eh, seguiremos arriesgandonos. 
Quien sabe.
A lo mejor un día va, y un imposible, deja de serlo.



1 comentario

  1. Regla nº 1: creo que era San Agustín el que dijo "conócete a ti mismo, todo lo demás vendrá detrás" (o algo así) (en realidad, más bien algo así). El que no es para ti, no es para ti, y no es porque tú no valgas, es porque él no te vale a ti.
    Regla nº 2: gracias a Dios, o al Gran Espíritu Manitowa, la autocompasión no es un gen transmitible en NINGUNA familia. Oheee ohee ohee oheee
    Regla nº 3: como las pelis Disney enseñan, no se consigue NUNCA nada en lo que no se cree
    Regla nº 4: como las pelis Disney enseñan (si bien dejan a veces algo que desear) , cuando se cree en algo, suceden las cosas más insospechadas y variopintas (lo digo por aquello de "con este ni sueñes...")
    Regla nº 5: cuando te encuentres dentro de una verdadera relación a dos (no de medio a uno y medio, de cero a quince, de quién sabe qué a yo lo sé todo), no se te ocurrirá llamarle señor/engendro/ente en cuestión. En serio. Eso lo sé yo tan bien como el que mejor lo sepa.
    Regla nº 6: todas hemos tenido 17. (y aquí estamos ahora, con 50, tan frescas)
    Regla nº 7 (número magico!!): cuando trabajas más, no sólo tienes más agujetas: aumentas de valor ante tí misma, y ESA es la llave que abre todas las cerraduras.
    :D
    Fdo: la que va encantada a por sus 50 y aquí está, tan fresca

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