28 ago 2014

En verdad, somos insoportables.

"Joder, que complicado es el amor. "
Parece escupir las palabras. Parece escupir el vapor del whisky que se ha metido demasiado rápido en la boca. También parece otras cosas. Ahí sentado, como si nada importase. Como si no lo hubiese confundido con una chica hacía escasos minutos, como si no lo hubiese confundido con mi ex, como si me conociese de siempre o no importase que no nos conociéramos de nada.
Demasiado acostumbrado a sentirse comodo. Demasiado cómodo consigo mismo.

"Primero todo es de puta madre. Que que bonito, que que guapa, que los escalofríos, la risa tonta, el arreglarse. Pobres desgraciados. No sirve de nada. Y a joderse." Se hace extraño que palabras de ese calibre salgan de un cuerpo tan pequeño. No es que sea un niño pero aun así es delgado, mucho, te hace preguntarte si no esta demasiado delgado.  El pelo, lacio, de un castaño claro que no llega a rubio, le cae sobre la cara, casi desordenado. Casi. Como un niño bueno que ha intentado desobedecer a su madre pero al final no se ha atrevido. Todo él, enfundado en pitillos y una chupa de cuero. Casi ridículo. Casi femenino. Pero no.

Y se desenvuelve con soltura. Y cierta indecencia.

"No sirve de nada. Porque no nos ven. Y nos contentamos con eso de querer en la distancia. Otra mierda. No se puede sobrevivir con migajas de pan. Pero nos convencemos. Somos los putos amos en convencernos de que algo que nos gusta no nos hace daño. De que no nos está matando. ¿No crees?" De repente busca mi aprobación, atravesándome con la mirada, con esa que ha atravesando todos los objetos de la sala de un modo errático durante su "discurso". Yo cojo aire sin saber como expulsarlo después. No sé que decir, no sé que estaba diciendo él.

Primero se me fue la vista a las piernas de infarto que se gastaba la rubia justo detrás, luego a los labios de la morena que la atendía tras la barra. Juraría que ella me pilló mirando y me devolvió el gesto curvando la boca en una pícara sonrisa, de esas que dicen "No tienes ninguna oportunidad chaval, aunque no estés mal." Luego Me di cuenta en como se parecía su cuello, una ligera curva, al cuello del chico que tenía sentado enfrente. De ahí pasé a su mandíbula, la línea que se fundía con la oreja escondida entre los mechones de ese cabello demasiado fino, como él. Y Luego me buscó con esa mirada. Y ahora… ¿De que estábamos hablando, joder? Pero cuando le miro el rato suficiente, él continúa su discurso.

"No podemos sobrevivir con poco, tampoco con nada. Y al final acabamos pillándonos otra vez, de quien sea. Intentamos hacer las cosas bien, no pedir demasiado, ajustarnos. Aprendemos a pedir lo justo. Pero no hay forma. Nunca sale bien. Solo queda enfadarnos con nosotros mismos. Enfadarse bien. De esas noches que luego no recuerdas nada excepto los primeros quince chupitos. Porque no aprendemos, porque no sabemos, y porque somos culo de mal asiento, y cobardes. Una mala combinación, siempre quejándonos. En verdad, somos insoportables."

No hay comentarios

Publicar un comentario