15 may 2013

Afección en cinco sentidos.

Oh tú,
superficie donde se reflejan mis pecados
habidos y por haber
¿Por qué aparecen todos acometidos sobre tu piel?
tú, terciopelo lascivo, que me tientas
a intentar tenerte
en todos tus centímetros.

Dos pozos negros en los que dejo caer
mi alma destrozada
Todo en tu cuerpo me guía a ti,
descarado dulzor, que me empalaga prometiéndome
sensuales, rijosas, fantasías.

Eres el eterno reflejo
en el extremo interno de mi córnea.
Tu sola presencia me hace impía,
quiero liberarme,
quiero ser feliz,
pero una palabra tuya bastará para intoxicarme.

Oh tú,
roce vertiginoso que perdona mis pecados,
son las caricias de tus dedos,
es cuando me sostienes entre tus manos
cuando el mundo se hace tangible.

Tú, que me recompones
con solo perderme en los lagos de creación
que me miran atentamente
desde todos los abismos del color.

En el hueco de tus brazos,
dame paz,
junto al tintineo de tu pecho,
en comunión con tu boca,
dame ternura, dame pasión,
Y en tu fragancia inmaculada,
limpia mi mente,
dame amor.

 

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