15 nov 2013

Nombre y apellidos.

A veces pienso que tengo frío, que mi cuerpo tiene frío, y que para cuando eso pasa los nombres se difuminan.
Y me pregunto, me cuestiono; y espero. Quizás olvido.
Pero al final, cuando las horas de nuevo se quedan largas y mis piernas, cortas; cuando son los pies los que tienen frío y mi cabeza anda dispersa; entonces mi soledad, en mi cama, tiene nombre y apellidos.

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