23 nov 2013

Sustituto de tiempo.

A la chica que no le cabía la sonrisa en la boca, ahora se le desbordaban las lágrimas de los ojos.
Su expresión, más cansada que triste; su cara, sorprendida por los ríos que se van precipitando
Aun no ha tenido tiempo de reaccionar en un gesto, en una mínima perturbación. Permanece inmóvil.
Y mientras tanto, una vuelta, un brazo; su cuerpo, una ola.
Va y viene, y su pecho se rompe, y tú te rompes con él.

¿Qué te pasa niña?
Déjame que te abrace,
a pesar del tiempo, de la distancia, de los sentimientos... Déjame que te abrace,
y luego vuelve a jugar.

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